Liga de Honor Caballeros
Nuevamente fue increíble. La pasión y el amor propio por la camiseta sacaron adelante al equipo para quedarse con unos tres puntos valiosísimos. Los gritos de festejos y la alegría vivida se hacían sentir hasta en el punto más lejano de la localidad. Luchando cada pelota cómo si fuera la última, el CID venció de local a SAG Lomas 28 a 27 y aumenta las ilusiones de permanencia.
Fue un final apasionante. Prácticamente, para el infarto. Nadie, absolutamente nadie, habrá pensado antes del partido, que el encuentro iba tener ese desenlace tan atractivo. Le costó, pero pudo. El CID derrotó 28-27 a SAG Lomas y se quedó con tres puntos que en el futuro pueden significar o no la permanencia en la Liga de Honor.
El partido se tuvo que trabajar con mucho sacrificio. Costó, pero finalmente se logró. Por los minutos finales del segundo tiempo parecía que SAG Lomas se lo iba a llevar, pero fue ahí el antes y después del equipo en el partido. Ese fue el momento preciso en el que los muchachos empezaron a levantar. Fue ese el tiempo exacto en el que aparecieron las anotaciones de Sergio Ramirez y Agustín Castelli. Ambos jugadores aportaron siete puntos en total durante los minutos finales del partido. Anotaciones claves para terminar ganando el encuentro. Que además contó con una gran actuación de Santiago Fernández, goleador del partido con siete tantos.
El primer tiempo terminó con un resultado de 16-14 para el CID. Lo cual hizo pensar en ese momento, que la victoria era del local, pero en el complemento las cosas no fueron iguales que en la etapa inicial. SAG Lomas logró convertir todo lo que no hacía antes. Además, el equipo morenense sufrió la ausencia de Bruno Ferrari, jugador clave en el equipo, quien por un esguince en el tobillo derecho debió salir del partido. A eso también hay que sumar que la visita supo aprovechar las veces que el CID se quedó con dos jugadores menos en la cancha, marcando una mínima diferencia en el resultado.
La diferencia en el segundo tiempo era de 25-24 a favor del equipo visitante. Fue entonces cuando el equipo empezó a atacar sin parar al rival. Sin darle descanso ni tiempo de acomodarse. Pero fue entonces cuando todos los hinchas que acompañaron al conjunto dirigido por Gabriel Klein, no podían creer lo que pasaba. Una falta derivaba en un penal a favor de Lomas. Un penal que en ese momento significaba mucho. Tiraba abajo cualquier tipo de ilusión para remontar el partido, más pensando en que faltaba muy poco para terminar el cotejo. Allí, apenas el árbitro cobró esa falta, el CID realizó un cambio. Alejandro de la Quintana ingresó por Ariel Prospero, ambos con muy buenas actuaciones, para ser quien se encargará de enfrentar al lanzador de la visita. Mientras muchos se tapaban los ojos para no ver ese desenlace, Quintana se lucía en el arco una vez más. Atajó el penal decisivo. Un penal que a partir de la contención del arquero, le dio vida y fuerzas al equipo para ir en busca de los tres puntos.
Finalmente, con prácticamente nada por jugar, una pelota partió desde el área del local hasta la del visitante cómo si fuera un misil. Allí, para atrapar esa pelota estaba él. En el partido había tenido una buena participación, pero nada se podía comparar con la última jugada. De él dependía si el CID ganaba o no el partido. Era una gran responsabilidad y por suerte supo asumirla. Agustín Castelli controló la pelota, hizo dos pasos, saltó, levantó su mano con el balón y lanzó tan fuerte y con tanta precisión, que el arquero nada pudo hacer. Fue gol y victoria para el local. En ese momento, la locura se desató desenfrenadamente en el gimnasio.
Nadie presente en ese partido se podrá olvidar del desenlace de esa victoria. Mucho menos de la satisfacción y la alegría que había en la cara de cada jugador del equipo. Cantos, abrazos, sonrisas en cada rincón, el CID ganó y alimenta cada vez más las ilusiones de quedarse en la Liga de Honor. ¡Si se puede, si se puede, si se puede!
Lucas Berón
@LucasBeron2
@CidHandball
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